jueves, 28 de enero de 2010

Detrás de la cortina


Siempre soñé con ser monje, vidente, psicólogo, mago, hacedor de milagros. Estudié y leo mucho a Freud y Lacan. Acabo de comprar un libro con instrucciones precisas para ejercer el psicoanálisis. Más que hablar lo central es aprender a escuchar. Y hacerlo de manera activa. La tarea es descubrir lo reprimido en el discurso. Quisiera no distraerme con palabras encubridoras. Me interesa la verdad alojada en el gran e insondable agujero. Descubrir el continente sumergido en el fondo del mar helado. Entrever el amor ignorado y prohibido tras la gastada cortina de los días. Quisiera ver lo invisible detrás de lo visible. Pero qué fácil alumbrar lo que el otro no descubre de sí mismo. Y qué difícil mirarse al espejo y entender algo de esa mancha borrosa, muda, insufriblemente enigmática que soy/somos.
L.

3 comentarios:

  1. A veces pienso eso de los psicólogos. La tienen tan clara cuando escuchan nuestras miserias...¿la tendrán tan clara con sus propios traumas?
    René

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  2. Es preciso entrar en el silencio de todas las cosas, transitar la quietud, dejar pasar los pensamientos y permanecer ahí en un estado que favorezca la percepción. Aunque no sea con un fin determinado como descubrir la verdad alojada en el agujero de Lacan, de todas maneras es una linda práctica.
    saluti
    e

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  3. Que interesante entrada...El arte de escuchar y de saber ver lo que no se dice...Y como dices, que dificil mirarse al espejo y entender...

    saludos...

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