Leyendo Madame Bovary (la clásica novela de Flaubert) me puse a pensar en esa mujer de provincias (Emma), mal cogida y mal casada, que luego de fracasar en un doble o triple adulterio se decepciona y se mata. Emma había sido tan mediocre como el ambiente que la rodeaba. Padecía una eterna carencia, esperaba imposibles, no pudo aguantar y eligió el peor camino. Cerré el libro y pensé que el problema de Emma se hubiera resuelto con algo que le gustara. No digo que olvide el amor y sus encantos. Hablo de un trabajo productivo, de hacer alguna actividad que la salvara del tedio y de tantas horas dedicadas a pensar en la entrepierna de sus amantes o en la cara de torta del marido. Una tarea. Un trabajo. Algo lindo para hacer. Me parece buen punto de partida para Emma y para todos. El mundo es y será más o menos como es. Lo que faltan son proyectos personales. A partir de ahí todo o casi todo es posible.
L.
De acuerdo, siempre que no se trate de un trabajo rutinario. Creo que una mujer necesita ante todo un espacio propio y un dinero también propio (no depender de nadie para vivir). Esa es la base. Lo demás viene solo. Ni los amores ni los entretenimientos solucionan la vida. Otra opción es tener un hijo. Pero ese es otro tema.
ResponderEliminarMaría
¿Un hijo para solucionar la vida? ¿hay que solucionar la vida?
ResponderEliminarSi somos lo que hacemos, qué mejor que un buen trabajo. Quiero ser una feliz trabajadora.
J.
MADAME BOVARY
ResponderEliminarEmma te equivocaste
cuando saliste de tu casa en un carruaje con grandes
ruedas que corrían hacia atrás como en las películas
del Oeste
porque tu soledad era algo que debía ser solamente tuyo
y porque era fatal que
nadie te comprendiera en ese pueblo de provincias
Ni siguiera tu marido
el pobre hombre gris herido de tu amor
Bueno, no me hables ahora de tus taquicardias
o de los vestidos con enaguas y encajes
déjame explicarte
que me conduelo solamente
porque te perseguían furiosamente
los vecinos ineptos en el juego
de tu corazón virgen
y tu siglo era un cambio
lentamente mirado a través de las celosías
de la villa
más bien ponte el anillo o los collares de los hippies
y piensa en Carnaby Street en cómo lograr la infidelidad
sin que tengas que recurrir a tu conciencia
de pobre muchacha provinciana
Yo pienso que buscabas saber solamente
cómo te desnudarían los otros
y estos otros cretinos te traicionaron
Emma
Dame la mano no llores más
quédate en silencio
y escuchemos juntos estos discos de los Beatles.
ALFREDO VEIRAVÉ
Tener un hijo no es la solución. Sí alcanzar las metas, logros, deseos, ambiciones. Pero un hijo excede a todo canon de "salvación" posible, es otra cosa, algo más profundo, sin dudas.
ResponderEliminarAn
Sin ánimo de participar del debate, y sin olvidar que se está hablando de un personaje de ficción, agrego el dato de que Emma Bovary tuvo una hija, a la que bautizó Berthe. De inmediato la entregó a una campesina para que se ocupara de su crianza. Emma veía a su hija en muy contadas ocasiones, es decir, no se hizo cargo de ella. No culpo a la heroína de Flaubert por eso. En la vida no hay culpas sino responsabilidades. El dato, igualmente, es necesario para ubicar mejor el controvertido comentario de María al pie del post.
ResponderEliminarL.
Me quedo con la falta de proyectos personales.De todas formas y en el mejor de los casos un hijo es un proyecto compartido,no personal.
ResponderEliminarMaria
Coincido con L. Emma esperaba imposibles y no tenía proyectos personales. El tedio la justificó y dio pasos que sólo la condujeron a un triste final. Lástima. El ocio productivo ha revelado tantos artistas. El aburrimiento para quien no espera que la felicidad le sea dada es solamente el paso previo para contemplar, evaluar y crear.
ResponderEliminarGraciela B
Qué culpa tienen los hijos de lo aburridos que pueden ser la madre o el padre... O los dos juntos (peor tantito). No es la primera vez que "escucho " que se refieren a los hijos como un "proyecto". Supongo que antes hay una lluvia de ideas, justificación , presupuesto, etc. Hablamos de individuos, tu vida, la de otros. No una vida por consecuencia de otra aburrida. Una opción para canalizar las carencias (supongo) que puede ser -por seguir con el tema de los hijos- acercarce a los proyectos fallidos de "otros"; bastaría con visitar un orfanato un par de horas a la semana: seguro algún sentido le encontramos a los días.
ResponderEliminarVera, de Oaxaca, México.
Un gran personaje. Tan real que parece imaginario. Es una de las mujeres más interesantes(a mi parecer) en la historia de la literatura. Trono que comparte con Briseida, Dido, Ofelia y Yocasta. Cada una más distinta que la otra. Todas locas, todas queribles, ¡absolutamente humanas! Quizás no queriéndolo decir(pero diciéndolo todo) enmarañan y a la vez describen de manera perfecta las debilidades del ser humano. Cada una con más de cien años de diferencia, con cientos de kilómetros de distancia entre sus creadores, con culturas, papeles y necesidades ni siquiera parecidas; pero en el fondo (y por ello son extraordinarias) tan reales como los Buendía o el tal Goriot.
ResponderEliminarUn tal Carlos.