martes, 26 de enero de 2010

Fantasías de Emma


Emma Bovary conoció el sexo postmatrimonial. De la agradable tarea se ocupó su primer amante (Rodolphe) quien la recibía primero en su casa y luego en un lugar de citas previamente convenido. Mientras tanto Charles (el marido) se ponía el pijama recién planchado, como el aburrido farmacéutico de Doña Flor, y giraba contra la pared. Tanto dormía que no escuchaba las piedritas de Rodolphe en la contraventana. Si al menos una noche hubiese despertado habría encontrado vacía la mejor mitad de su cama. Emma asociaba el sexo con voluptuosidad, lujos, dinero, adulterio, puestas de sol, lecturas tipo Coelho y demás variantes entre cursis y patéticas de la ascendente burguesía. El sexo (aún así) le sentó muy bien. Se volvió cínica, paseaba por la calle con un cigarrillo en la boca y, cuando corría en la madrugada a encontrarse con su amante, contenía el aliento. Se mostraba risueña, palpitante y paseaba casi desnuda ante todo el mundo. Apenas se cubría con una bata escotada que dejaba al descubierto los dobleces del corpiño. Demasiado pronto entendió que el sexo puro no existe. Y ahí donde quiso encontrar los ojos tornasolados de un alado semental se topó con un sapo, una bestia pop y vulgar que sólo deseaba eyacular palabras en su oído, entre otras zonas apetecibles de su cuerpo joven y esbelto.

L.

3 comentarios:

  1. Nada nuevo bajo el sol. La Emma del siglo 19 no es muy distinta a las Emmas y Emmos de hoy. La vida es sueño para todos.
    Celeste

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  2. Hace tiempo no pasaba por estos lares. Me gusta la palabra que evoca a la sexualidad. Mi deseo: que exitan Emmas que hagan el amor o si lo quieren que sea solo sexo, pero sin perjudicar a nadie sobre todo a ellas mismas.


    Otty Rey

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  3. Entendí en estos post el sentido del Bovarismo que padece Emma, la instatisfacción crónica que le produce el contraste de lo que aspira con lo que realmente tiene. Esto sucede, esto es.
    Muy interesante este concepto que según leí fué incluído a los libros de psicología por el fenómeno que despertó en esta obra.
    Interesante entenderlo, bien lo reflejan los 3 post de Emma. Gracias.

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