En la única entrevista periodística que le hicieron (1930) Sigmund Freud fue consultado sobre la supuesta obsesión que tenía con el sexo. Su respuesta fue rotunda. No tengo la culpa de que así sean las cosas -le dijo al periodista-. No hay error en ese punto. La supuesta fijación freudiana sigue molestando a las almas sensibles. Ya a comienzos del siglo XX Freud observó que algunas perturbaciones de la vista se deben a la represión del acto de disfrutar (ver) el placer erótico. La boca sirve tanto para besar como para comer. Pero también es agente y depósito de la energía sexual en variadas formas. Hambre y amor mueven al mundo, resumió Schiller. Pulsiones de amor y muerte nos impulsan a vivir. Fuente de toda perversión y justicia la sexualidad sopla donde quiere y cuando quiere. Pero desde el nacimiento del lenguaje la pureza del instinto se quebró. Se acabó el sexo puro. Ahora (también) hay que hablar.
L.
L.
Como dijo Freud citando a Walt Whitman: "Más todo faltaría si faltase el sexo".
ResponderEliminarEl lenguaje, sí, es el responsable de la gran dvisión entre el hombre y la naturaleza. Y para colmo -dice Lacan- es el rey del malentendido. Eso se comprende bien en la cama. Qué vamos a hacerle. Ya no podemos volver atrás.
ResponderEliminarRené