martes, 12 de enero de 2010

La única moral de un texto


Sofía -alumna de un curso virtual- se pregunta si escribir algo personal puede interesar a alguien. En las escuelas de periodismo (dice) enseñan lo contrario. Ahí predican que no se debe mezclar lo íntimo con la realidad. Le dije a Sofía que si escribimos desde el deseo el resultado va despertar interés en los demás. No en todos pero en algunos. Si en cambio lo hacemos para cumplir o trasmitir mensajes políticos, sociales o éticos probablemente seremos leídos por muchas personas. El público estará conforme. Los editores también. Pero el mensaje altruísta será olvidado de inmediato. Hay que poner el cuerpo, el alma y hasta el sexo al escribir. Pero debemos hacerlo sin ánimo de dar lecciones. Hay que ir al punto. Escribir sin rodeos. Decir una verdad personal aunque duela o moleste. Y aunque sea necesario mentir para decirla. Oscar Wilde resumió la cuestión mejor que nadie al recordar que los libros no son buenos o malos en un sentido moral. Están bien o mal escritos.
L.

5 comentarios:

  1. ¿mentir para decirla? no estoy de acuerdo con eso, con el resto si.
    Saludos
    M.L

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  2. Toda la historia de Madame Bovary es mentira. Pero quien la lee comprenderá la profunda verdad que encierra la angustia de esa mujer que desea vvir y amar como en una novela. Don Quijote no existió. Pero gracias a esa mentira de Cervantes podemos entender más al aventurero y soñador que no mide las consecuencias de sus actos. Las Crónicas Marcianas de Bradbury son absolutamente falsas. Pero sumergirse en ellas permite entender la inhumana crudeza del capitalismo salvaje en todo tiempo y lugar. No exstieron los diálogos de Platón y hasta el amor, cuando es amor, admite y hasta exige una buena dosis de mentiras (sobre todo en el discurso amoroso) y promesas que jamás se cumplirán. En ocasiones los credos, aún los más delirantes, ayudan a comprender mejor la vida. La supuesta verdad del periodismo y la ideología positivista en general nos confunde en su parcialidad, su cinismo, su habitual hipocresía. Y no nos ayuda a descubrir la verdad oculta que ilumina; nos distrae pero no nos educa.
    L.

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  3. Decir nuestra verdad, aunque duela o moleste, me parece un gran punto de partida.

    saludos.

    Diego S.

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  4. Yo estoy de acuerdo con todo lo planteado.




    Saludooos.

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  5. ¡Qué buenos ejemplos!
    Luis, sos un gran maestro.
    Escribo toda clase de cosas (eso no quiere decir que estén buenas) notas, cuentos, un diario, frases sueltas, separadores, historias cortas o largas y sin final, nunca me planteé mi presencia en los textos, a veces me descubro en ellos, otras escribo lo que me piden siempre que coincida con mi forma de pensar.
    Reconozco mi incapacidad para escribir al estilo “Para ti” pero no me molesta que existan medios que no me representan, creo que me acostumbré. Es parte del juego y me gusta.
    Es verdad lo que decís sobre los medios pero hay que tomarse el trabajo de leer a diario los diarios y ver los noticieros para darse cuenta de lo que es la noticia según ellos.
    Está claro que si uno como periodista quiere participar, es bueno tener en cuenta que esto es como un partido, tiene equipos con cierta unanimidad de pensamiento.
    Hay lugar para todos y la comunicación es una actividad profundamente humana, inevitable. En este tema me gusta ser pesimista en la idea y optimista en la acción. Adhiero a la frase “ los ceros no importan”, dá lo mismo, diez que cien(lectores).
    Saluti,
    e

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