jueves, 7 de enero de 2010

Gozar en soledad


El placer de alcoba es siempre solitario. El cuerpo del otro (o parte de él) es utilizado por cada integrante de la pareja a los fines de llegar a cierta zona de goce particular. No hay orgasmo compartido. No hay relación sexual si se la entiende como viaje simultáneo. Hombre y mujer hacen su trabajo de manera autónoma y las mentes vuelan -cada una por su lado- en direcciones opuestas. Mientras dice te amo, y se muestra apasionado, el hombre evoca el escote de una joven que conoció ayer en la oficina. Y la mujer, a su vez, invita al fantasma de un señor que vio en el tren, camino a la facultad, y que sin querer la rozó poco antes de llegar a la estación.
L.

6 comentarios:

  1. pienso que es así porque lo experimenté. no veo nada malo en las fantasías siempre que se queden en fantasías. el que las aprovecha es siempre el más cercano, ¿cuál sería el problema entonces?
    Susy

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  2. Por suerte puedo elegir, me resisto al sexo por obligación, a la pareja sin deseo, a pensar que necesito de otro para sentirme completa y satisfecha, a sostener vínculos que no me interesan, al "como si"; me dá más miedo compartir mi vida con quien no quiero que estar sola y acudir a la masturbación. Se trata de encontrarle el verdadero sentido al sexo y es absolutamente individual, no hay una regla.
    saluti
    e

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  3. Demasiado adolescente la idea del texto
    Saludos

    M.

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  4. Pienso al revés. La idea de fusión total, de gozar al mismo tiempo, de unir las dos mitades en una como plantea el mito de Aristófanes suele ser común sobre todo entre los adolescentes. También entre gente grande que adolesce.
    L.

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  5. Por eso mismo, L. Me parece adolescente la idea que planteás. No comprender la sexualidad de otro punto de vista, es adolescente. Como cuando he leído sobre tus perspectivas del amor. Los textos no me disgustan pero sos demasiado complicado para describir el amor o el no amor.
    Saludos
    M.R.R

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  6. Coincido, L.
    Con 20 años recién cumplidos y sin numerosas experiencias sexuales, como tal vez sí tengan los autores de los comentarios anteriores y lo que me lleve a hacer un planteo que juzguen como adolescente, como lo han llamado, nunca sentí amor durante el sexo. Amo antes, amo después, jamás durante. No logro asociar placer en el sexo con amor. Qué sería y cómo? Si en la cama sólo pretendemos goce y más allá del amor que uno sienta por su compañero, este no deja de ser el puente que nos lleve a eso. Quién no se ha quedado más de una vez al filo de ese placer mientras la otra parte ya va cayendo, exhausto, en un sueño profundo? Eso es falta de amor, entonces, de quien se nos hubiere adelantado a dar el gran salto?
    No lo creo. Pero me habían hecho creer tantas cosas!

    R. L. R.

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