Algo hierve en las fuentes
Volver, sí, a las fuentes, al origen del origen, a la raíz de las raíces, a un tiempo sin tiempo ni ideas, lo instintivo depurado de filosofías y poéticas, los cuerpos que todavía no se llaman cuerpos ni nada, días sin diarios ni televisiones ni libros, apenas el sabor de una fruta que se deshace en la boca hasta convertirse en algo vago, sin nombre ni edad, un erotismo que ignora la función del sexo y las copulaciones, porque en esos ríos sólo corre el agua libre, sin cargo ni destino, sí, las fuentes, los puentes de frágiles cañas que se llevará de repente el temporal sin ayer ni presente ni mañana. L.
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