sábado, 5 de marzo de 2011

Cómo hacer el amor


No hay manera de enseñar la sexualidad correctamente. Es inútil insistir con eso. El Papa se quejó recientemente de la educación sexual que se ofrece en las escuelas europeas. Benedicto XVI dijo que los programas en vigencia son totalmente contrarios a lo que dictan la fe y la razón. Por increíble que parezca la Iglesia insiste en la supuesta virtud del autocontrol y la continencia, el don de la fertilidad como un tesoro que se debe resguardar y la aprobación excluyente de las relaciones efectuadas bien adentro del matrimonio. El problema es más complicado de lo que parece. Porque el deseo no es educable. Porque el deseo no admite pedagogía alguna y tampoco se lo puede llevar al terreno de una sexología puramente instrumental. Porque no es bueno ceder en ese campo decisivo de la existencia. Quienes lo hacen se someten al enorme riesgo de enfermar o enloquecer. Es una pena que no exista una guía práctica, sencilla, para hacer el amor. Pero así es.
L.

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