Dice la Biblia que dios creó al hombre a su imagen y semejanza. O sea que dios, si de verdad existió, tenía el cuerpo lleno de pelos, una panza más bien chata, barba y afeitadora, corbata al tono y otra cosa parecida a la corbata entre las piernas. Una vez creado el hombre dios lo puso en el jardín del edén para que lo cultivara y lo cuidara. Le advirtió que podía comer lo que quisiera exceptuando los frutos del árbol del conocimiento. "De él no deberás comer -insistió el gran hacedor- porque cuando lo hagas quedarás sujeto a la muerte". A continuación dios pronunció una frase fatal. "No es bueno que el hombre esté solo". Lo que siguió es conocido. Dios creó a la mujer y se la presentó al hombre en una cita a ciegas. Inicialmente las cosas anduvieron bien y los dos recién creados llegaron a ser una sola carne. Ambos, como también se sabe, estaban desnudos sin sentir vergüenza. Tras la escena de la manzana dios los vistió con túnicas de pieles y los condenó a vivir en un monoambiente de Chacarita donde todavía sobreviven pese a algunas discusiones. Cuando todo termina el primer hombre enciende la televisión y mira un partido de fútbol, algo que dios nunca hubiera imaginado.
L.
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