Sostiene el Génesis que fuimos expulsados del paraíso debido a una distracción de dios -paseaba distraído por el jardín del edén- y a una desobediencia de Eva. Según ese relato la primera mujer no tuvo mejor idea que dejarse convencer por la serpiente y darle a morder al varón una manzana obscena sin medir las consecuencias. Lo que siguió es conocido. Adán y Eva ya no pudieron verse desnudos sin pudor, sólo cubiertos ahí por una hoja de parra, y encima fueron condenados a trabajar todo el día, parir con dolor (la mujer), casarse por iglesia, pelearse por una cuenta sin pagar y después, claro, separarse por costumbre y por si acaso. Pero quedan esperanzas. Si, como dicen, la historia es circular, volveremos al paraíso de donde fuimos expulsados hasta quedar nuevamente desnudos, a la sombra del árbol de la vida y cuidándonos, eso sí, de comer manzanas o dejarnos engañar fácilmente por serpientes maliciosas y perversas.
L.
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