martes, 1 de marzo de 2011

Vivir convencionalmente


Se supone que la vida se organiza en etapas. Está el nacimiento, la infancia feliz, la adolescencia torpe e iniciática, la juventud divertida y alocada (sexo, droga y rock pesado), el estudio universitario "para tener un futuro y ser alguien", el casamiento (asociado a la cárcel, los insultos y la anorgasmia), la conquista de un/una amante para no aburrirse tanto en el matrimonio, una vida profesional triste, sin humor, hasta envejecer, jubilarse y morir. Eso sería todo. ¿Pero por qué no es posible ser niño a los noventa? ¿Por qué no puede descubrirse el amor a los diez? ¿Quién dijo que para ser alguien hay que postergar los deseos verdaderos? ¿Y desde cuándo la vida en pareja es o debe ser tediosa y chata? Clasificar no significa entender. Vivir convencionalmente no significa vivir. 
L.  

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