martes, 1 de marzo de 2011
Sentir convencionalmente
Estamos tan domesticados en la expresión como en las costumbres. No solo mentimos en las acciones sino también en las palabras que usamos. Lloramos sin ganas, decimos buen finde en la oficina como si creyéramos en eso, saludamos a un deudo con mi más sentido (y falso) pésame, besamos, a veces, por compromiso y para quedar bien. Algunas mujeres fingen orgasmos y algunos hombres dicen discursos solemnes acerca del amor. Después, en el bar, se ríen con los amigos. Saluditos de cumpleaños en el facebook, promesas de siempre voy a estar ahí que jamás van a cumplirse, conmovedoras acusaciones que fueron sacadas de una película que incluye procesos judiciales. ¿Por qué tanto rechazo a decir por lo menos una verdad verdadera? ¿Por qué sentir de manera convencional y no con el alma y hasta con los genitales? Se lo pregunté a Andrea y respondió lo justo. Tenemos demasiado miedo a no ser aceptados por los otros.
L.
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