martes, 5 de marzo de 2013
Elogio de la espera
No hay nada malo en esperar, al contrario, todo de bueno. Porque mientras esperamos algo lo anticipamos en los sueños, lo vestimos, lo desvestimos, lo gozamos infinitamente. Si no esperamos nada no sabemos qué hacer con las manos y mucho menos con los pies. Hojeamos revistas en la tempestad, miramos sin mirar por la ventana, prendemos y apagamos el televisor. La espera es un acto, una decisión existencial. Y cuando lo esperado por fin se hace presente nos vemos impulsados a buscar cualquier otro objeto, persona o cosa para ser aguardado. Y la vida sigue así. No hay otro modo de vivir que no consista en la pura espera de lo inesperado.
L.
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