sábado, 15 de octubre de 2011

Fito Páez y el periodismo


Los periodistas, o unos cuantos entre ellos, son los que menos conocen el mundo, las ideas, las realidades, la alegría de vivir. Lo sé porque fui periodista toda la vida. Son gente triste, desesperada, cínica, más dispuesta a observar que a participar. Lo que da placer es el acto y no su descripción. Sería muy aburrida, por ejemplo, la crónica de un encuentro amoroso o amistoso. Mucho mejor es el abrazo ejercido con o sin palabras. Todo este prólogo extremista es para subrayar mi desconcierto ante las crónicas que se escribieron en algunos diarios en torno al hermoso recital de Fito Páez del martes y miércoles últimos. Los que estuvimos ahí sabemos de la fiesta que fue, de la felicidad que sentimos al escuchar a un artista llevar su creatividad hasta las últimas consecuencias. Los periodistas de Clarín, en cambio, sólo se detuvieron en deformar de manera infame y sucia una broma de Charly García en medio de un tema mientras que otros se detuvieron en un beso que al parecer Fito y Charly se dieron en la boca. Para esos "cronistas" todo parecería consistir en magnificar tonterías y ocultar lo que de verdad importa, es decir, la potencia irremplazable de los hechos. En su gran mayoría los periodistas no saben de arte. Por eso hablan de arte. Esto puede aplicarse a la política, a la sociedad, al amor, a las nuevas tecnologías y las viejas locas entre otros temas de interés. 
L.

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