Mañana voy a escribirlo. Mañana empiezo la dieta. Mañana me anoto en un curso. Mañana te digo lo que pienso. Mañana dejo el cigarrillo. Basta ya. Mañana no existe ni existirá jamás. Porque mañana, al despertar, la situación será la misma que en este instante. Y todo lo planeado será postergando para pasado mañana y después para 2012. La consigna es una sola... o tres. Ahora. ¡Ahora! AHORA.
L.
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