martes, 18 de octubre de 2011

Para escribir poemas de amor


Para escribir poemas de amor no alcanza con el amor. Peor si se está en la fase de enamoramiento. Es poco propicia para trabajar a fondo con el lenguaje. Porque para escribir poemas de amor se requiere una lucha cuerpo a cuerpo con las palabras. Cambiar unas por otras, eliminar versos completos, añadir otros, presentar y no representar, escapar de las mariposas en la panza, del te amo vida mía, del tkm y todas esas tonterías a las que recurren, por costumbre y por si acaso, los que pretenden poner palabras prestadas al sentimiento amoroso. Da pena decirlo pero así es. Hablar de producción linguística en relación con temas tan íntimos y centrales parece algo frío, desangelado, insensible. Pero para escribir poemas de amor hay que saber componer también poemas sobre moscas, troncos, peces, charcos o paraguas abandonados. No es fácil. Hay que elevarse aunque sin exagerar. Quien huye del mal gusto, advertía Neruda con razón, puede caer fácilmente en el hielo.
L.

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