lunes, 31 de octubre de 2011

Ir de putas


Kafka padecía el problema de no poder gozar sexualmente con las mujeres que amaba. Sólo podía hacerlo con prostitutas. No era ni es el único. El consumo de prostitución es una religión laica que un porcentaje de varones usa para reforzar su identidad de machos. Lo dice el autor de Ir de putas, un libro recién aparecido. Es cierto que hay prostitución masculina. Pero la otra pesa más. Basta ver los papelitos pegados en las paredes de Buenos Aires. Por veinte pesos una mujer traga todo "sin globito". Qué triste. Sigue siendo frecuente ver que, como le pasaba a Kafka, los hombres aman a quien no desean y desean a quien no aman. Los clientes no son inocentes. Disfrutan de la mujer que se abre de piernas para ellos por monedas. Se trata de cuerpos arrasados por una serie de habilidades denigrantes. Simular placer, fingir orgasmos, tolerar casi todas las formas posibles de violencia, de dominio y abuso de poder. Esas mujeres, además, están despojadas de la capacidad de resisitir. Algunos hombres dicen que a ellas les gusta. No estoy seguro. Primero el Estado debería asegurar a esas trabajadoras vivienda digna, salario, alimentos, cobertura social, educación, etc. Luego veremos si siguen en el oficio. Diferente el caso de las que lo hacen sin dinero de por medio. En esa situación nada puede decirse y no soy quién para juzgar. El resto es denigrante. En 1999 Suecia aprobó una ley que penaliza la compra de servicios sexuales y despenaliza la venta de esos servicios. La prostitución es considerada en ese país un aspecto de la violencia masculina contra mujeres, niñas y niños. En la Argentina no rige una ley similar pero al menos el gobierno prohibió a los medios publicitar oferta sexual (rubro 59 de Clarín) como forma de controlar la trata. Otra ley, la 26.364, sanciona cualquier forma de comercio sexual. Un poco antes de morir, Kafka aprendió a gozar al menos con Dora Diamant, su última mujer. Me gustaría imaginar un mundo donde ir de putas resulte un acto borrado del mapa para siempre. ¿Será posible soñar con eso antes de que se cumpla la anunciada profecía de los mayas?
L.

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