lunes, 17 de octubre de 2011

¿Y por qué esa cosa de querer volver siempre adonde no hay regreso? ¿De dónde viene esa absurda tendencia a soñar la recuperación de un paraíso perdido que ni fue paraíso ni está perdido? ¿O acaso es posible retomar lo que no existe? El más hermoso de los mares es aquel que no hemos visto. ¿Y por qué las ganas enfermizas de hundir un pie desnudo en el más hermoso y brillante de los mares?
L.

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