El amor es la palabra más convocada y reiterada y la menos entendida de todas. Tanto uso y abuso lleva por lo menos a sospechar de ella. ¿Será todo eso que dicen? O por el contrario, ¿no se tratará de una estafa universal en la que nadie cree pero todos adoran hasta el límite de la locura y la muerte? Imposible responder en un modesto espacio como éste a semejantes preguntas. Todo se relajaría un poco si el amor fuera considerado una praxis, es decir, un acto cotidiano que prueba su validez a cada instante, y no una receta o una teoría a desarrollar. El verbo amar no tiene declinaciones posibles. Más que un nudo es un hueco que cada cual llena como quiere, donde quiere y, sobre todo, cuando puede.
L.
No hay comentarios:
Publicar un comentario