martes, 25 de octubre de 2011
Palabramor
La palabra amor está sobrevaluada. Se abusa de ella. Se la usa hasta para lavarse los dientes y en los discursos políticos. Algunas canciones hacen del amor una tragicomedia que roza lo patético. Admito que se trata de un buen tema ya sea para conversar, para ejercer en los días de frío o calor, o para componer lindos cuadros y poemas. Llevado el amor a la convivencia cotidiana, en cambio, la situación o la escena penden de un hilo. Alcanza a veces una mirada, una palabra de más, una distracción o una acción poco meditada para que todo se vaya al diablo. Si tanta gente habla del asunto, además, debe ser porque existe algo sospechoso ahí, un fondo raro, tal o cual aspecto no demasiado transparente. Pero no habría que asustarse por eso. Quizás un camino sencillo consista en no ponerle nombre a esa divinidad incomprensible. Quizás haya que dejarse llevar, día tras día, como quien camina bajo la lluvia o el sol, y goza o sufre de eso...y no sabe por qué ni por quién ni para qué.
L.
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