miércoles, 12 de octubre de 2011
¿Sin mirar a quién?
Dar sin esperar nada a cambio es bien visto. También yo pensaba así en otros tiempos. Hacer el bien de manera indiscriminada. Ejercer el altruismo a ciegas. Nadie dudaría en alabar un comportamiento semejante. Es, también, una virtud cristiana. La bondad infinita de la Madre Teresa. La de los santos en general. Pero en la vida real nadie hace algo por otro gratuitamente o porque sí. O se lo hace por el goce que produce, algo comprensible, o la entrega exige devoluciones. Esto último podría traducirse en el conocido precepto de dar y recibir. Dar sin recibir nada es algo que a la larga se paga caro. La inmolación tiene, por lo general, resultados desastrosos. ¿No hay opción entonces? Sí. Hay una. Ama a tu prójimo tanto como él te ame a tí. Amor con amor se paga.
L.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario