sábado, 6 de febrero de 2010

A Lai-tu le cuesta amar lo que está cerca


Lai-tu –bella flor de la antigua China- no se llevaba bien con Tsen-to, su novio desde la adolescencia. Más allá de cierta simpatía no le gustaba acostarse con él y sentía que el hombre no la acompañaba en sus múltiples inquietudes culturales. Tras escuchar las enseñanzas de su maestro sobre la tercera cosa, Lai-tu decidió hablar seriamente con Tsen-to. Así consiguió que el novio se anotara con ella en un curso del laboratorio de idiomas de la UBA y en otro de cine birmano en el Rojas. También asistieron a una serie de conferencias que daban en el Malba sobre Borges y el sexo. El joven chino se convirtió en el hombre más erudito de la aldea. Aún así el milagro de la pasión y el enamoramiento no se produjo. Ella (no obstante) siguió acostándose con él. Enterado de la situación el anciano maestro reprendió severamente a Lai-tu por su conducta. ¿Qué sentido tiene hallar una tercera cosa que los une y mantener una tercera que los desune?, disparó con visible enojo. Hacer eso es lo mismo que recibir un trozo de pan y acompañarlo con veneno. Lai-tu comprendió la lección, se separó de Tsen-to y se dedicó a ver documentales de Werner Herzog en el teatro San Martín.
L.

4 comentarios:

  1. sos gracioso, luis....cine birmano...laboratorio de idiomas...pero más allá del chiste hay algo ahí bastante común...a veces creemos que si hay afinidad en la pareja en temas intelectuales todo funcionará bien en la cama y otros ámbitos. pronto se demuestra que no es así. gracias para hacerme pensar y reír.
    Iliana Zanzibar

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  2. no hay más certeza:

    Huye del triste amor, amor pacato
    sin peligro, sin venda, ni aventura
    que espera del amor prenda segura
    porque en amor locura es lo sensato.

    Antonio Machado.

    D (n)

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  3. Lai-tu no se escuchó. Si no había encuentro con la piel de Tsen-to y lejos estaba de admirarlo inelectualmente tal vez la unía a él el temor a estar sola. La tercera cosa reveló que Lai-tu necesitaba oirse en profundidad y tomar una decisión que la liberara a ella y Tsen-to aunque hubiera que caminar en soledad.
    Graciela B

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  4. Es cierto Luis. El ser humano busca lo que no posee, sí no, ¿que ha de buscar entonces?
    No hay crítica del comportamiento, igualmente es una inclinación humana (plasmada aquí).

    Saludo.

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