jueves, 4 de febrero de 2010

Los viajes de Lai-tu


Lai-tu (sensible y bella joven de la antigua China) había resuelto iniciar un largo viaje. Deseaba romper con la monotonía de sus días. Comunicó la decisión a su maestro, hombre prudente y razonable como todos los chinos. El sabio reaccionó con acritud. ¿Cómo puedes salir de viaje si los tres reinos del país siguen desunidos?, preguntó con visible enojo. La joven de la antigua China era una chica de barrio y no tenía pretensiones. Consideraba con razón que la unión de los tres reinos estaba fuera de su alcance. Cuando así se lo hizo saber a su maestro, éste volvió a molestarse. La unión de los tres reinos es en efecto un objetivo remoto -admitió-. Pero aún más remota es la carencia de objetivos. Tu viaje no tiene objetivo.
L.

3 comentarios:

  1. No creo que para iniciar un viaje sea necesario tener un objetivo. Quizás el propósito se encuentre en el camino. A mi modo de ver, lo más importante es dar el salto del discurso al acto. Ya después vendrá lo que vendrá.

    Rocío

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  2. Meditar o contemplar o descubrir la maravilla del ocio productivo no estaba en la princesa por lo que difícilmente pudiera desde sí salir de la monotonía. Tampoco sentía como suyo el problema de la desunión del reino. Era en fin indiferente. Sin embargo veo positivo que haya decidido viajar. Es una manera de abrirse al destino y carecer de objetivos es un buen objetivo para quien necesita alimentar carencias.
    Graciela B

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  3. Quizás la idea secreta de este relato sea una especie de llamado a ser más responsables. No solo por "la unión de los tres reinos" (metáfora posible del mundo que nos rodea) sino por el sentido último de lo que hacemos, el objetivo, la estrategia de vida, en fin, esas cosas a las que en general no prestamos atención. El relato se lee como una parábola exquisita. Gracias por el blog.
    Carlos Alberto Noronha

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