lunes, 1 de febrero de 2010

Elogio de la vida salvaje


Veamos el ejemplo de Thoreau (Massachusetts, 1817-1862). Pensemos en ese naturalista y escritor que fue a los bosques a vivir por primera vez. El autor de Walden permaneció soltero y solitario. Jamás fue a la iglesia, no votó nunca, no pagó impuestos, no leyó diarios, no comió carne ni tomó vino. Había algo irreductible en su carácter. En 1845 construyó una choza con troncos en las orillas de un lago. Durante dos años llevó una vida de trabajo, estudio y caminatas. Durante la noche se orientaba mejor con los pies que con los ojos. Se destacó en natación, patinaje y remo. Se bañaba desnudo en ríos de alta montaña. No quería dejarse embalsamar por la vida urbanizada. Su lema fue y sigue siendo subversivo: haz únicamente lo que amas. "Si te designan empleado público en la ciudad -advertía también- no irás a Tierra del Fuego el próximo verano". Veamos el ejemplo de Thoreau. Y saquemos conclusiones.
L.

3 comentarios:

  1. No sé si podría aislarme tanto...Pero la idea general de Henry Thoreau me resulta atractiva. Gracias por este post y por el que se titula "Contra las profesiones". Los dos, me parece, apuntan a lo mismo, ¿de dónde salieron ustedes?
    María Luna

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  2. Yo prefiero amar lo que hago,
    saluti
    e

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  3. sin duda la valentia de hacer solo lo que se ama es para mi algo que TODOS deberiamos hacer, sin embargo estamos sumergidos en el barro y no vivimos pero tampoco se nos esta permitido morir, somos parte de un sistema, perverso, donde somos engranajes comandados desde valla a saber donde. solo pocos somos conscientes que no se trata de laburar para alguien que no sos vos gane millones y que es posible vivir sin la seguridad del sueldo en el banco a principios de mes, y que se puede ser feliz asi,

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