lunes, 8 de febrero de 2010

Elogio del recuerdo


El pasado pisado. Lo vi escrito anoche en la remera de una rubia. Dos de las letras sobresalían un poco. Hay que mirar hacia adelante, dice el filósofo Alejandro Rozitchner. Lo mismo dicen los represores argentinos que mataron y torturaron en la última dictadura militar. Antes pisaron a sangre y fuego el futuro de muchos. No podés quedarte en el ‘45, dice un amigo echando mano a un consejo que tomó de su tatarabuelo. Y mejor no tener ojos en la nuca. Lástima que adelante no hay nada. Por lo tanto no hay donde mirar. En el presente tampoco ya que se trata de una fase del tiempo fugaz e inaprensible que inmediatamente se enlaza a lo anterior. Detesto a los que viven o mueren de recordar sus buenas épocas. Pero aunque el pasado sólo sobreviva en el recuerdo (los hechos se esfumaron en la espuma de los días) es, nos guste o no, el único material del que disponemos. Y no para regodearnos en él sino para hacer algo con eso. La memoria nos salva de repeticiones indeseables. Y es la fuente de la creación, del amor y la felicidad, así duren un ratito.

L.

3 comentarios:

  1. Como un mandato bíblico de privarse de mirar atrás para no terminar petrificado en sal...

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  2. Pienso que sin la memoria no nos queda nada.

    buen post, este y el anterior, Elogio del abandono.

    Saludos, Luis.

    Diego S.

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  3. Me gusta lo que decís aunque creo que con la memoria sola no nos salvamos de repeticiones indeseables, además la memoria es traicionera muchas veces guarda celosamente hechos mal interpretados. Está bueno trabajar con el pasado, reinterpretarlo y con ayuda.
    e

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