viernes, 12 de febrero de 2010

La otra cara del blog


Arrojar piedras a un estanque imaginario. Eso es un blog. No hay piedras. No hay agua. Sólo unos pocos bañistas que fingen refrescarse en las orillas. El soporte utilizado no tiene siquiera la textura del papel. No se come. No hace ruido. No huele. No sirve para nada. Es una pizarra negra donde trazamos líneas de luz tenue y fragmentada. Somos presos que pegan fotos obscenas en la celda. ¿Cuántos días pasaron? ¿Cuántos faltan para recuperar la libertad? Un blog es una cárcel cuyos muros se cubren de huellas invisibles. Peor aún. Es un estanque imaginario y enfermo. O una sábana sucia que por algo no lavamos. Un blog es un condensador atómico de ideas y angustias. El blog tiene hambre. Sin esperanza ni desesperación alimentamos al monstruo resignados. ¿Por qué lo hacemos? ¿Por qué nos arrojamos a un mar sin peces ni barcos ni rompientes? Escribir un blog es arrojar piedras a un estanque imaginario. Las piedrapalabras se hunden mudas en el barro, en el agua, en el olvido.
L.

5 comentarios:

  1. ¿Acaso cualquier apuesta a la escritura, al pensamiento, a la producción teórica de cualquier tipo, acaso todo eso no es como arojar piedras en un lago imaginario? ¿Hay alguien del otro lado para tomarlas? Y si hay, ¿cambia algo con o sin piedras? Aún así, Luis, creo que hay que seguir arrojando piedras hasta el fin. No se me ocurre otra manera de vivir.
    Sylvia L.

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  2. Pero la piedra antes de hundirse genera ondas que se propagan en la superficie mientras ella llega al fondo. Cada palabra caída en el blog dispara a su vez otras que aunque no vuelvan a quien las envió inevitablemente se propagarán como pensamientos, dudas o nuevas ideas. Son soporte, origen o primera causa. Están diluídas en lo que generan no las alcanza el olvido.
    Graciela B

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  3. Coincido con Sylvia. Cuando escribimos, estamos imaginando a un lector. Incluso en el periodismo -que se ufana de ser la escritura más veraz- hay la ilusión un impacto sobre alguien o sobre algo. Aunque no se cierto, aunque no haya nadie del otro lado, la fuerza de la escritura está en que genera cambios hacia adentro -al interior de quien escribe- y eso es lo que cuenta.

    Rocío

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  4. ¡Un blog permite que las ideas de su dueño existan!

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  5. Si no se busca (o más exigente aún, si no se consigue) lo que llamaron feedback, es simple escritura masturbatoria.

    Nada de inventar piedras para estanques desmemoriados, seamos más pretenciosos con nuestra escritura.

    J.

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