jueves, 11 de febrero de 2010

Limpieza general


Me metí por fin con los cajones de la mesa de luz. Busqué el tacho y me dispuse a tirar todo. Había fotos de vidas pasadas, cartas de amor sin remitente, la copia de un mail que me envió una tal Beatriz. Me ofrecía a sus dos hermanas. Son divinas, escribió. Una hasta habla con la z como vos. Me contó además que estaba feliz porque había encontrado un hombre junto al cual envejecer. Me dijo que con alguna de sus hermanas yo dejaría de estar triste. Le respondí que yo estaba muy bien. Pero que a ella (en cambio) la veía acabada y sin remedio. Le dije que pensar en envejecer sola o acompañada era un plan espantoso. No sé por qué no volvió a escribirme. En el cajón del medio había un montón de forros, textos prohibidos y sobres de gel íntimo. A la basura con ellos. Había cuadernos con anotaciones de viajes ya olvidados. Teléfonos irreconocibles, publicidad de clases de yoga, la tarjeta de Navidad que me envió desde Copenhague una trapecista española. Se llama Graciela y hace un número espectacular donde camina por el techo y barre el piso cabeza abajo. Eso quiero hacer. Barrer con todo. Cabeza abajo. Limpieza general de una vez y para siempre.
L.

7 comentarios:

  1. La limpieza general de cajones y escritorios tiene algo doloroso: descubre ilusiones,deseos e intenciones que quedaron allí varadas o recuerdos de lo que ya no tenemos y entonces queremos tirar todo.Pero también puede que allí se encuentre el papel testigo de un tiempo de rosas como decía Serrat en las Pequeñas Cosas, por eso tal vez sería mejor hacerlas de pie y no barrer todo de golpe por las dudas.
    Graciela B

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  2. Quizás pueda limpiar todos mis cajones, pero no puedo tirar mis cuadernos en los que descargaba mi escritura antes de tener el blog.
    Hay que limpiar, siempre, aunque cueste a veces.

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  3. Realmente pensar en envejecer junto con alguien es un plan terrorífico. Para mí, vivir un amor con alguien es proyectar no morirme nunca. Suena demasiado pretencioso, sí, pero no puedo vivirlo de otro modo.

    !Yo también hablo con la z!


    Muy buen post Luis.

    te mando un abrazo.

    Diego S.

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  4. Puede ser que haya cierto placer a la hora de guardad cosas que en su momento significaron algo. Arrojarlas al tacho de la basura es un acto doloroso pero liberador.Igual hay experiencias que -sin necesidad de un objeto que las recuerde- quedan para siempre.

    Saludos,

    Rocío

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  5. Tiro para sentirme limpia y ordenada, para que haya espacio. Confio en que mi mente va a recordar los momentos sin tener todos esos papelitos. No hay que ser tan confiado. Y pienso en el estilo de los japoneses, en sus espacios libres, no acumulan, no ponen fotos. Menos cosas, más terreno para uno.

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  6. Bienvenido Luis a la acumulación de datos prescindibles, como dice el tango: te va a pasar tantas veces.
    Confiemos en la selección de nuestro ser y en lo que no podemos explicar, todo puede ser develado, es la condición del existir…tan individual como personas hay en el mundo.
    e

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  7. Mis mesas de luz, resisten hace más años de lo que llevo viva, y desde hace 20, mis lecturas, las de mi hijas, fotos, un guante, una vela usada por si se corta la luz, lapiceras, tickets, anteojos, gomitas para el pelo. Yo me ocupo de sacarles el polvo que se acumula en los desniveles. Nunca las ordeno.
    Pero cada vez que las reviso buscando algo que olvido antes de encontrar, tiro papeles, intercambio los libros con alguno de la biblioteca.
    En fin, como en una partitura la vida se sucede.
    e

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