sábado, 13 de febrero de 2010

Día de los enamorados II


Voy a suponer que el amor existe. Tantos poemas, tantos asesinatos maravillosos, tantas películas, tantos hoteles con turnos agotados, tantos anillos de oro, tantos ramos de flores y tanta novela romántica. Ante semejante andanada (que por eso mismo es sospechosa) sería estúpido negar lo obvio. Voy a suponer que el día de los enamorados no es más que la celebración de la primera fase de un vínculo real. Que es eso y no una patología del yo disuelto en el otro como sabiamente advirtió Freud. También estoy dispuesto a aceptar que vuelan mariposas en la panza de algunas personas. Es lo que dice el lugar común que tanto gusta en el barrio. En tal caso (y aún aceptando la horrorosa metáfora estomacal) no puedo olvidar que las mariposas viven un día. Voy a suponer por último que todo lo que acabo de decir es la triste canción de un amargado. Que en realidad la vida es linda y que los afiches gigantes con promociones de gel íntimo que acabo de ver en Caballito (adonde fui en bicicleta por amor) revelan el advenimiento de algo muy profundo. O que vivo en el error. O que hay un hecho clave que me estoy perdiendo. Voy a suponer todo eso pero (lo siento) hoy voy a festejar únicamente el asombroso milagro de estar vivo. Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta. Estoy esperando la casualidad de mi vida.
L.

8 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo. Si el amor fuera eso que todo el mundo dice que es no haría falta ni día de los enamorados ni todo ese gran paquete romántico y empalagoso que se construyó a su alrededor. En torno al amor como en torno a tantas cosas...hay gato encerrado. Aún así es posible amar y ser amado...sabiendo los límites preexistentes.
    M.

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  2. Amor del latin a-mort.negar la muerte . ¿y si la duda se planteara no sobre la existencia del amor sino sobre la existencia de la muerte ?
    Maria RG

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  3. Prefiero no dudar de la existencia-no-existencia del amor. Elijo vivir, amar y ya. Amar es parte de la vida y si dudo me pierdo una parte. Amar enciende al cuerpo, hace saber que uno respira, se aceleran las pulsaciones. Sé que estoy viva, sé que existe el amor, sé que amo o amé a uno, a dos o a tres.
    Quizás lo único que corresponde preguntarse si uno puede/quiere/debe/merece ser amado.
    Esto es como el asuntito de las brujas..."que las hay, las hay".

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  4. La exageración en la manifestación de un sentimiento tan profundo puede hacernos dudar del modo en que nosotros lo sentimos. Le quitan singularidad y ahogan el valor de una caricia o una simple mirada. Existe el amor, existe ese casual encuentro cualquier día, en cualquier lugar.
    Graciela B

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  5. Algunos de los comentarios precedentes no hacen más que confirmar lo dicho en el post. Se habla del amor como de un dios en quien se cree o no, se afirma con énfasis su existencia (algo que de ser indudable no sería necesario), se lo compara con las brujas medievales (que hasta donde sé fueron una construcción perversa de la época) y sólo faltan cuentos de fantasmas para completar. Admito que hay hermosos encuentros en la vida, convivencias mutuamente fructíferas y momentos que nunca se olvidan. Pero es todo lo que puede decirse al respecto.
    L.

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  6. ¡El día de los enamorados es un invento comercial!
    La vida no es hermosa, está llena de dificultades y desafíos.
    Depende de cuán dispuesta esté para aceptarla y transitarla aunque eso signifique desarmar mis mundo de ideas más de una vez y de cuán libre me sienta para elegir, creo que el secreto es saberla multifacética.
    Creer que la fiesta está en otro lado es una manera de no vivir y estar ausente en la fiesta propia. Me pasó mucho hasta que la belleza se hizo tan potente que no tuve otra que aceptar.
    Eso de la casualidad en la vida es lindo, la entiendo como coincidencia y también la persigo.
    En un punto, el amor es como un dios, en su nombre se pueden hacer cosas hermosas o cometer grandes errores.
    e

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  7. lo de la comparación con las señoras que fueron quemadas en la hoguera corre por tu cuenta.
    Estarás vivo?
    J

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  8. Dicen que los bebés tienen sensaciones en términos de placer/displacer; después el lenguaje impone distancia y enmaraña todo. En esa compulsión por nombrar el amor es un fetiche. Estamos condenados al fracaso. Aunque se escriban bellísimos poemas -y celebro que así sea-, al borde de las palabras sigue latiendo lo inasible.
    Jéssica

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