viernes, 19 de febrero de 2010

Mensaje de lluvia


Hay algo que la lluvia quiere decir y no puede. Debemos escucharla con atención. Aún con agua en las rodillas. El cielo idealizado no es tal. De pronto cae convertido en finísimos hilos de silencio y angustia. El agua esconde secretos. Hemos abierto un millón de paraguas rotos. Hemos hablado demasiado. La lluvia señala el desierto en que andamos, la fragilidad, la nada cotidiana. La lluvia es de los muertos y los sueños. La lluvia es movimiento sutil. Las ciudades se protegen con diques de metal. Hay algo húmedo y fuerte. Una especie de música. Un dolor cristalizado y solo. Hay algo que la lluvia quiere decir. Debemos escucharla con atención.
L.

4 comentarios:

  1. Estoy en la oficina. Los importantes gerentes están pegados a la radio escuchando las novedades de la apocalíptica lluvia, como si de un ataque aliéniga Holliwoodense se tratara. ¿Será que la vida no era tan fácil como ellos suelen pregonar? El pánico está en camino. Acaso Estaremos condenados.

    Saludos, Luis.


    Diego S.

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  2. Esta tarde llueve, como nunca; y no
    tengo ganas de vivir, corazón.

    Esta tarde es dulce. Por qué no ha de ser?
    Viste de gracia y pena; viste de mujer.

    Esta tarde en Lima llueve. Y yo recuerdo
    las cavernas crueles de mi ingratitud;
    mi bloque de hielo sobre su amapola,
    más fuerte que su "No seas así!"

    Mis violentas flores negras; y la bárbara
    y enorme pedrada; y el trecho glacial.
    Y pondrá el silencio de su dignidad
    con óleos quemantes el punto final.

    Por eso esta tarde, como nunca, voy
    con este búho, con este corazón.

    Y otras pasan; y viéndome tan triste,
    toman un poquito de ti
    en la abrupta arruga de mi hondo dolor.

    Esta tarde llueve, llueve mucho. ¡Y no
    tengo ganas de vivir, corazón!


    (Hermoso poema de César Vallejo. Nada más para decir. Laura.)

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  3. Acabo de caminar más de quince cuadras bajo esta lluvia y por momentos sentí mucha impotencia, los taxis te pasan de largo y uno siente la intemperie que le golpea la piel y no queda otra que seguir caminando y reírse un poco con el agua hasta las rodillas y mirar los arboles pensando en que ojalá aguanten y no se te vengan encima y seguir sabiendo que -cuadras mas cuadras menos-uno tiene un lugar adonde llegar...

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  4. A veces quisiéramos inmolarnos bajo bombardeo de lluvia...
    Muy bello texto!!
    Saludos

    Cynthia

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