jueves, 7 de julio de 2011

Suicidas


¿Qué matan los que se matan? La pregunta es clave y como es clave no tiene respuesta. Pedro, lector asiduo de este blog, pregunta si Cesare Pavese (foto) se mató por amor. La pregunta es clave y como es clave no tiene respuesta. Nadie se mata por algo. Todo lo que sabemos de un suicida es que un día decide poner fin a su vida por mano propia. Las razones son complejas. Si hubiese una única razón el mundo entero elegiría ese camino. Y sin embargo no es así. Pero volvamos a Pavese quien, además, es uno de mis autores preferidos. Hace tiempo, cuando escribía un ensayo de alguna manera relacionado con él (Lo inalcanzable), le comenté a mi analista un problema que padecía el autor de La luna y las fogatas. Ese problema era la eyaculación precoz. El escritor suponía que debido a esa cuestión ninguna mujer iba a quererlo. De hecho, antes de matarse en un hotel de Turín un domingo a la tarde, intentó hablar con tres o cuatro mujeres. Esto fue confirmado por la telefonista del hotel. Una conversación fue escuchada. Ahí una de las chicas le decía que era un pesado. Dejemos eso por ahora. Esto es un blog y no pueden escribirse ladrillos por este medio. La cosa es que luego del relato mi analista dijo algunas cosas. ¿Tenía eyaculación precoz? ¿Se suicidó? Entiendo. No pudo esperar. Los suicidas, por la razón que sea, no pueden esperar. Y sería bueno que aprendieran a hacerlo. Total, tarde o temprano, las cosas se dan.
L.

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