Los antiguos escribían cartas de amor en las mesas de los cafés, en un banco de plaza, en la cama o en el baño de la escuela. Ahora se escriben mails de amor que, como las cartas, llevan a todo tipo de confusiones. El verdadero amor no escribe cartas. Actúa o se disuelve. Pero aún así el sentimiento no es menos real por las cursilerías y excesos propios del discurso amoroso. Quien huye del mal gusto huye del ridículo...pero cae en el hielo que es mucho peor. Todas las cartas de amor son ridículas, dice el poeta. Pero sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor son ridículas.
L.
quien huye del mal gusto cae en el hielo. buen punto. pasión y corrección no se llevan bien.
ResponderEliminarpaula
El amor nos hace hacer cosas estúpidas. Si todos los enamorados pudieran retroceder en el tiempo y no escribir las cartas de amor ya irremediablemente escritas, no habría casi cartas de amor.
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