Iwao Hakamada, de 74 años, es la persona que más tiempo lleva en el mundo esperando ser ejecutada por un crimen que -según mayoría de testigos- jamás cometió. Iwao está preso en una cárcel japonesa de máxima seguridad. Su futuro, a no ser que se interponga un milagro, es la horca. En 1968 lo culparon de matar a cuatro personas. Desde entonces espera que la condena se concrete. Varios peritos y jueces piensan que todo fue un montaje de la policía. Cada mañana el condenado despierta en su celda de Tokio creyendo que será la última. En su país las ejecuciones –668 desde 1946– llegan con solo una hora de preaviso. ¿Puede imaginarse un procedimiento más perverso? Dicen que Iwao Hakameda se ha vuelto loco o, quizás, que ha logrado escapar de su destino con la mente. Cuando le preguntan cómo pasa el tiempo responde siempre que está construyendo un hermoso castillo. Y tal vez sea verdad.
L.
No hay comentarios:
Publicar un comentario