Hay un método infalible para detectar a un poeta falso. Alcanza con saber si el autor quiere conmover, si se hace el poético, si su escritura resulta solemne y ostentosa. Con eso es suficiente. Los buenos poetas no son poéticos. Son buenos, justamente, porque no buscan nada. La idea es aplicable a otros campos. El amor no es amoroso. El erotismo no es erótico. El arte no es artístico. La inteligencia no es inteligente. Todo lo que vale ocurre distraídamente, porque sí, porque no hay otro modo y así debía ser.
L.
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