No todo debería ser dicho, pensado o realizado. Mejor si queda un resto, una especie de vacío sin llenar, un sombrío hueco de silencio. No toda la felicidad. No todo el acto. Conocer a una mujer no toda y ser, para ella, el primer hombre no todo. Y luego viajar no totalmente hasta casi llegar a algún lugar. Y vivir una vida no toda. Y morir no por completo. Y escribir no todo en un papel y seguir hasta alcanzar, de ser posible, la mitad de la mitad de la verdad.
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