Recuerdo que después de escuchar a mi padre, yo tenía entonces doce o trece años, quedé como paralizado. Después, con el paso del tiempo, en vez de sentirme escandalizado al conocer la manera en que una mujer y un hombre unen sus cuerpos, no sé, pensé que esa forma es perfecta, simple, delicada, explosiva, sutil. Mejor imposible. Y después de saber todo hasta en los detalles más truculentos y ominosos... el misterio del sexo continuó hasta hoy. Y aunque ahora sepa que de una planta brota una flor y que esa flor es el órgano genital de esa planta... Aunque sepa todo eso y algunas cosas más sigo tan sorprendido e intrigado que no sé qué decir.
L.
L.
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