Dicen que el aire nació para que la boca se abra en un beso largo, suelto y liviano. Pero no. El aire nació entre las piernas y fue subiendo hasta el cielo para bajar en forma de lluvia y llanto. El mundo estaba cubierto de muebles, muchas gracias y aparatos. El cielo quería vaciarse de cielo. Por todas partes perros, papeles y ríos de agua negra. Hacía falta aire en las oficinas, en las tabernas, en los hoteles de paso. Hacía falta aire en el aire para inundar la tierra.
L.
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