Si lo que se quiere es amor no sólo hay que suspender el viaje sino también la búsqueda. Cualquier esfuerzo parece destinado al fracaso. El amor es un duende perverso que se divierte a su antojo con los caminantes. Cupido lanza las flechas en días de borrachera y los dardos van a dar al lugar menos pensado. El amor aparece entonces como el agua en el desierto. La sed por fin es satisfecha. Pero aún así cuidado con lo que busques...lo puedes encontrar.
L.
Algunos han buscado y encontrado. O quizás encontraron a pesar de haberse empeñado en la búsqueda. No lo sé... Cuando se trata del amor -y de la vida en general- cualquier cosa puede pasar. O no.
ResponderEliminarDamián.