Hay crispación máxima en diciembre. Es algo difícil de entender. Una sensación de que todo termina y lo hace mal. Los ánimos se encienden peligrosamente. En la calle se percibe el nerviosismo de las fiestas. El conjunto da miedo y produce llamas de inquietud. Los autos aceleran, el reggettón vibra en los escotes, las luces de colores alumbran los pinos erectos. Navidad de plástico y un mundo en feliz derrumbe. ¿Cómo conservar la calma en las almas de diciembre?
L.
totalmente de acuerdo. no me banco esta época del año ¡no aguanto las fiestas! ¡que venga enero y traiga lo que nunca ha sido!
ResponderEliminarxime
A mí me ayuda minimizar los estímulos innecesarios. En compensación, me gusta dormir mucho, y soñar..,y después, lo de siempre: leer, la música, escribir, resguardarme del calor y el ajetreo de la calle, pintar, y salir a caminar un poco al anochecer
ResponderEliminarhace falta ir a Oaxaca para vivir el otro diciembre : entre chapulines, huipiles y mezcal
ResponderEliminarjuro que hay otro
c e l e s t e