Es notable el esfuerzo que hacemos para borrar cualquier sombra del animal que fuimos. Las mujeres se depilan y perfuman y disfrazan de una manera obsesiva. El objetivo inconsciente es borrar hasta el último resto de pantera o las fragancias de pantano que a veces sobreviven de manera obscena. Los hombres nos mostramos civilizados y sobrios cuando en verdad todo en nosotros tiende a la brutalidad explícita y salvaje. Con trajes, palabras y sonrisas leves ocultamos la urgencia digestiva y el lenguaje de vestuario. El baño es escondido o embellecido en las casas como si no existiera. Los albergues transitorios se parecen al jardín secreto cuando, en el fondo, se trata de escenarios destinados a la interacción genital. Pero tanto esfuerzo resulta inútil. Ojalá pudiéramos alcanzar la pureza intacta y desnuda de los animales. Es tarde ya. Perdimos para siempre esa posibilidad. Y aunque viajemos en subte como caballos y copulemos como perros somos definitivamente humanos, es decir, lo peor que le ha pasado, hasta hoy, a la naturaleza.
L.
Sentir que aún tenemos una parte animal dentro de nosotros es un alivio. Así sea falso. Poder actuar animalmente da cierta impunidad a actos vistos como negativos. Pero, como bien dice este post- eso no es más que una ilusión. El hecho de calificar una conducta como "animal" ya la desvirtúa. El lenguaje -una vez más- se impone y nos separa para siempre de un origen bestial y, por que no, tranquilizadoramente impuro.
ResponderEliminarSi hay bacterias que viven de la química del arsénico, por qué no podemos vivir los humanos, que estamos hechos de barro y mierda???
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