Pietro Paladini ha perdido a su mujer. No estaba con ella en ese instante clave. Se encontraba en la playa salvando la vida de una desconocida. Su hija tiene diez años y está en quinto de primaria. Pietro la acompaña el primer día de curso y decide esperarla hasta el final de las clases. La espera en el parque situado frente al colegio y se queda ahí el día siguiente y los posteriores. Pietro se refugia en su auto y observa el mundo desde el jardín. Lentamente descubre el lado oculto de los demás. Sus jefes, sus compañeros de trabajo, sus amigos, sus parientes, sus amantes. Todos acuden para consolarlo. Pero son ellos los que están desesperados. Son ellos los que están solos y necesitan alivio. Son ellos los que se rinden ante su calma inamovible y dolorosa. Es lo que se ve en Caos calmo (foto) un film de Antonio Grimaldi basado en la novela homónima de Sandro Veronesi (mejor que la película) y sostenido hasta el fin por el actor y cineasta Nanni Moretti. Caos Calmo. No olvidar.
L.
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