No vuelvas a perder tus momentos. Así dice el eslogan de una publicidad de cámaras digitales. No vuelvas a perder tus momentos. La indicación es clara. Si saco la foto salvo y recupero el momento vivido. Si no la saco el instante seguirá de largo. Qué lástima. Pero el tema podría verse al revés. Si saco la foto pierdo una posibilidad vital. Si estoy viviendo un momento feliz y me detengo para fotografiarlo me lo pierdo. Hay cosas que nos pasan de una vez y para siempre. De inmediato se colocan más allá del tiempo y el espacio. Y ahí se quedan convertidas en un vivero inagotable. La foto podrá estar o no estar. Qué importa eso. Los momentos no piden fotocopias. Piden, apenas, que nos entreguemos a ellos.
L.
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