martes, 11 de enero de 2011

El lugar que es todos los lugares


Hay una playa, un patio, un prado, una selva, la gruta, la casa. Uno y solo uno de esos lugares se nos reveló una vez y para siempre. A partir del descubrimiento -que con seguridad ocurrió en la infancia- cualquier sitio que lo evoque será una fuente de asombro. Cuando volvemos a verlo nos conmueve porque ya nos había conmovido. Los lugares se descubren a través de los recuerdos que se tienen de ellos. Para decirlo de otro modo. Sólo es nuestro lo que hemos poseído siempre. Es inútil buscar novedades en la ilusoria variedad que ofrece la realidad real. Y por eso aburren tanto las crónicas de viajes y los suplementos turísticos de diarios y revistas. Porque, aunque no lo sepamos, hay un solo destino que nos importa de veras. Y es el lugar que para nosotros ha sido y es todos los lugares. No es necesario viajar hasta ahí. ¿Por qué? Porque ya hemos llegado.
L.

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