Pensándolo bien el coito no es todo en un encuentro sexual. No lo es de ninguna manera. Si fuera todo la penetración bastaría. Y no alcanza. La sexualidad bien entendida es vida, arte, un poco de amor, excitación genuina y sobre todo lentitud. Quizás sea necesario desgenitalizar el sexo. Hay quien ve el orgasmo y la eyaculación como tocar la más alta cima del Everest o el Aconcagua. Pero también puede disfrutarse del camino de ascenso a la montaña. Y hasta gozar de la excursión, por qué no, aun sin llegar a la cumbre.
L.
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