domingo, 2 de enero de 2011

Una carta española


Mi vida transcurre ahora entre Estocolmo y Helsinki. Pero sobre todo en el mar que separa a ambas ciudades. Durante la noche me despierta el movimiento del barco y pienso que unas manos invisibles mecen mi cama. Entonces me acurruco y vuelvo a dormirme. El mar está congelado. Tiene el acerado color del plomo. Casi llegando al puerto el hielo se resquebraja y escucho sus quejidos o bramidos. Todo según se interprete. En cualquier caso me sobrecoje. A veces el sol aparece palido como si saliera de un largo letargo o alguna enfermedad. Pero entonces la luz es increíble. El blanco de la nieve me ciega y camino de prisa. En tales ocasiones me siento vacía, extraña y muy sola. Pero me lleno de todo.

Grazziella Galán / Trapecista española

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