domingo, 26 de septiembre de 2010

Cena mexicana


Cenábamos anoche con ex alumnos de un taller literario que coordiné durante los últimos meses. La anfitriona había preparado comida mexicana. Entre los invitados había tres parejas de distintas edades y sobre la mesa brillaban todo tipo de delicias clásicas y supuestamente afrodisíacas. Guacamole, nachos, tequila, frijoles, salsa pico de gallo, cerveza tan penetrante como una iguana y un postre calificado de obsceno. Alguien (porque nunca falta alguien) preguntó a las parejas cómo se habían conocido. Se oyeron historias que resultaron creíbles. Encuentro azaroso en un boliche, deslumbramiento por mail, supuesto equipo laboral que derivó en otra forma de trabajo, etcétera. A continuación dije algo en defensa del amor barato (modesto) como alternativa al amor caro y pretencioso. En la mesa hubo un silencio relativamente largo. Un rato después una colombiana presente en la reunión se ensombreció como la luna en días de eclipse. Le pregunté qué le pasaba y ella se limitó a decir, en el estilo sinuoso de su país, que tal vez se había equivocado en su elección. ¿Qué elección?, quise saber. La mujer dijo en pocas y medidas palabras que ella creía estar viviendo un amor caro y que no le gustaría que bajara su valor. Para levantar el tono de la fiesta alguien propuso una ronda de toc-toc: tequila y agua tónica en una copita agitada con dos o tres golpes fuertes en la mesa. Y todo siguió su curso como si nada hubiera pasado.
L.

4 comentarios:

  1. No creo que el amor como consecuencia de un verdero encuentro pudiera contener alguna de esas categorías ya que una vez instalado su singularidad las anularía. No es barato ni caro, bueno ni malo, es amor.
    Graciela B

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  2. Si esa comida que mencionas fuera afrodisiaca yo y un buen porcentaje de mexicanos seríamos una cosa tremenda. Chiles en nogada podría ser.
    Florisse, desde Tijuana, México.

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  3. Es probable qur para algunas personas -con suerte- sí resulte afrodisiaca... conviene hacer la prueba y tenerle fé al guacamole, el tequila y los frijoles. Y sumar un mezcalito.
    Porque nunca se sabe por dónde salta la iguana o aparecen los demonios (los santos demonios).

    Celeste

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  4. graciela, lo de caro o barato se dice en relación a un amor mas o menos pretensioso supongo, obviamente que no se puede tasar al amor. es que a veces uno se conforma con poco (o menos), baja las pretensiones, y se encuentra con que aquello es bellísimo, tan o más bello de lo que (imagina) pudiera ser lo otro. y es que eso otro (el amor caro) vendría a ser algo así como el "ideal", lo mejor, el amor perfecto, el amor soñado. y muchas personas no lo encuentran jamás, tal vez porque nunca se atrevieron a bajar las pretensiones, al amor barato, al modesto, y en efecto no han aprendido nada de él, justo lo que necesitan para abrazar por siempre al amor de sus sueños.

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