Hay que aprender a despedirse. ¿A despedirse de qué? ¿De quiénes? De la escuela, de un amigo, de un amor, de un perro, de una playa, de un país, de una forma de ver el mundo. El siguiente paso conduce a vivir nuevos comienzos. Animarse a viajar sin rumbo fijo. Habitar un lugar donde perder ya no sea una desgracia. Y donde convertirse en adultos no tenga el oscuro sentido de una infancia traicionada.
L.
L.
Pra que sofrer com a despedida, se pergunta Cazuza en Cartao Postal...
ResponderEliminarJuzzara, do Rio de Janeiro
Hay que aprender, porque se nos puede ir la vida en el intento de despedida.
ResponderEliminarPorque estás que te vas y te vas.. y te vas y te vas.. y no te has ido...
Ya lo dijo José Alfredo
Vera , la cantante del norte mexicano
Que lindo texto, me gustó mucho eso de “que convertirse en adulto, no tenga el oscuro sentido de una infancia traicionada”, esa expresión del adulto que ya pasó por todo, la juventud, los ideales, la esperanza. Walter Benjamin, lo llama "la mascara del adulto", inexpresiva, impenetrable, siempre igual. Y me pregunto:¿no será ese adulto, el que jamás se pudo despedir, ni empezar de nuevo y atesora experiencias sin aprender nada?
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Luis gracias por tan lindo texto, me obligaste a compartirlo en mi Blog Jaja. Saludos
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