En tiempos lejanos llegué a creer ingenuamente que los artistas eran buenos. Divinos todos y en especial los poetas. ¿Cómo podía ser mal tipo un compositor de música clásica o de versos que tan bien le hacen al espíritu? Un poco tarde supe que no era así. Al contrario. La mayoría aplastante de los artistas reales que conozco son crueles y egoístas. Una poeta muy reconocida y premiada en este país (por dar un ejemplo cualquiera), abandonó a sus dos hijos, a sus hermanos y a su madre que hoy agoniza tristemente en un geriátrico. Mientras eso ocurre la sensible en cuestión llora por las hojas olvidadas del otoño y, de paso, cobra puntualmente los dos mil o tres mil pesos mensuales que le pagan de por vida por haber recibido un premio nacional. Muchos artistas y escritores excelentes se matan entre ellos para ganar concursos o figurar en los suplementos culturales. Se compromenten incluso con causas justas pero solo mediante solicitadas en los diarios o solidarias cadenas de mails. Se acuestan con editores, como las putas, para que les publiquen un libro o los inviten a dar una conferencia en el Malba. Algunos amigos me dicen que lo importante es la obra. Cuando escucho eso suelo citar a un poeta chileno y humanamente digno que murió de vino y no de tedio en 1996 y que se llama Jorge Teillier. Él se preguntaba de qué le sirve ser poeta a tanto resentido que anda por ahí. Lo que importa, advertía, es transformarse en poeta, superar la avería de lo cotidiano, luchar contra el universo que se deshace, no aceptar valores que no sean poéticos. Eso decía Teillier. Una poeta que abandona a sus hijos, a sus hermanos y a su madre no cumple con esa condición básica, o sea, no es poeta, o, mejor, es una mierda. Dicen que Hitler fue buen pintor de cuadros realistas.
Y hasta es posible que haya sido así.
L.
Me pasó con las gente que trabaja en cuestiones sociales;el que trabaja para el otro ,en muchos casos de forma gratuita, forzosamente deberia ser una persona especialmente buena,generosa y altruista. Pues no todos.Como con tus artistas descubri que tal condición sine qua non era más que un deseo propio de creer en la bondad.
ResponderEliminarEntonces entendí que el error era mio.Las miserias humanas son las mismas; para todos por igual.Para todos.Y además quién era yo para decidir sobre la bondad de otros cuando apenas podía con la mia,
Maria Rosa
Encontré en este texto, creo que sin buscarlo, algo que necesitaba leer hoy. Gracias y un abrazo. Sebastián Giuliani.
ResponderEliminarMe encantó la cita de Teillier y coincido totalmente con lo que escribiste! Yo también creía en la bondad de los artistas y especialmente, al igual que vos, en la de los poetas. Pero así es, como en todo, hay de todo.
ResponderEliminarIntegridad es una de las tantas palabras caídas en desuso aunque su pleno significado ya figuraba en el Antiguo Testamento en la historia de Susana cuando los perversos al tener que reconocerla inquebrantable en su fidelidad deben admitir que "Esta hace como dice". La bondad da buenos réditos a algunos que sin otras virtudes, pero con ambiciones de popularidad , se visten con ella buscando el aplauso. También creo que escribir poemas, aún premiados no alcanza para ser poeta.
ResponderEliminarGraciela B