En plena juventud nadie sabe que es joven. Lo sabrá mas tarde. Lo sabrá sin haberlo sabido cuando lo era. En pleno estado de enamoramiento nadie sabe que está enamorado. Lo sabrá más tarde. Lo sabrá sin haberlo sabido cuando amaba. Lo mismo pasa con la infancia (un invento de los viejos) o con la historia. ¿Sabían los que marchaban a la guerra de los treinta años (1618-1648) que muchos siglos después se llamaría así? En plena felicidad nadie sabe que es feliz. Lo sabrá más tarde. Lo sabrá sin haberlo sabido cuando lo era. Hagamos la prueba. Hoy es lunes 27 de setiembre, un día que no volverá a repetirse jamás. No esperemos que pasen las horas o los años para saberlo. Hagamos la prueba de existir en estado de presencia y no de ausencia. La vida es aquí. La vida es ahora.
L.
Este darse cuenta del instante vital para alcanzar el estado de presencia y no de ausencia creo que necesita antes de lograrlo un cabal sentimiento de libertad. Recordé al leer este post las palabras de Spinoza cuando decía que el hombre libre es el que no medita sobre la muerte sino sobre la vida. No es fácil ser libre pero vale la pena intentarlo.La vida es aquí y ahora.
ResponderEliminarGraciela B
Muy bueno, Luis
ResponderEliminarsiempre es la vida, siempre es aquí y siempre es ahora.
ResponderEliminarmuchas veces las preocupaciones no nos permiten disfrutar del momento, de lo que sea que pase, en el famoso aquí y ahora; ese estar pre-ocupado en algo no tiene sentido, es una pérdida de tiempo, una mala inversión de la energía, algo muy habitual, muy frecuente, muy naturalizado; una práctica muy mala y muy negativa. hay que evitar pre-ocuparse, mejor es ocuparse de cada cosa en su debido momento, cuando sea necesario, nada más. así es como uno empieza a sentirse mejor y a disfrutar la vida plenamente. y, como dice graciela, a sentirse más libre.