Como el mar ama a un diminuto guijarro hundido en sus profundidades, de la misma manera te envueleve mi amor. Y ojalá sea yo también para tí ese guijarro...Amo el mundo entero y a ese mundo pertenece también tu hombro izquierdo, no, primero fue el derecho y por eso lo beso cuando quiero (y tú eres tan tierna como para apartar la blusa) y a ese mundo pertenece también tu hombro izquierdo y tu rostro sobre mí en el bosque y tu rostro abajo mío en el bosque y ese descansar sobre tu pecho casi desnudo.
Fragmento de una carta de Kafka a Milena.
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