Leía en clase, el lunes pasado, un texto de Bertolt Brecht acerca de la tercera cosa. Dice ahí el poeta y dramaturgo alemán que en toda pareja hace falta una tercera cosa que lleve el amor hacia adelante. Algo que se ubique más allá del amor mismo, del sexo y la necesaria convivencia. Algún interés o afinidad o militancia por lo que sea. Al terminar la lectura dije que para mi generación la solución del teorema resultó fácil. Luchábamos por la revolución política y social y ese objetivo nos unía. ¿Cuál será para los chicos y chicas de hoy eso que falta en los vínculos amorosos? En el aula se hizo un gran silencio. Un bromista lo rompió apenas para decir que ellos podrían dedicarse a modificar los perfiles de facebook. Otro alumno, sin perder el humor, disparó dos preguntas que me dejaron mudo. ¿Y por qué nosotros no podemos ocuparnos de la revolución también ahora? ¿Acaso no hay muchas cosas que cambiar en este mundo?
L.
No sé cuál era el sentimiento que los movía. Ahora, con los ejercitos enfilados en los parques y la violencia sofisticada de nuestro tiempo; hay por qué, hay para qué, por lo menos aquí en este país de folclor, Colombia. "A ustedes los jóvenes les toca el deber, la responsabilidad y por qué no decirlo, la gloria de llevar a la humanidad a la felicidad" decía Saramago. Hoy también hay tercera cosa, que no sólo mueve la pareja, también la amistad.
ResponderEliminarApoyo el post y muy especialmente el comentario precedente. Habrìa que tener en cuenta, además, que siempre falta algo. Y no sólo en el amor. También, como dice Diego, en la amistad, en el trabajo, en todas las cosas. y eso que falta nos impulsa a vivir para completarlo...cosa que, por suerte, nunca se consigue.
ResponderEliminarLudmila